Colección: I Need My Space

Colección: I Need My Space

Colección: I Need My Space

  • MEDITATION

    81.0 cm x 56.0 cm

  • DEEP FOCUS

    30.0 cm x 30.0 cm

  • RUBIK

    30.0 cm x 30.0 cm

  • GALLACTIC

    30.0 cm x 30.0 cm

  • MEDITATION

    81.0 cm x 56.0 cm

  • DEEP FOCUS

    30.0 cm x 30.0 cm

  • RUBIK

    30.0 cm x 30.0 cm

  • GALLACTIC

    30.0 cm x 30.0 cm

Aún después de 80 años de iniciada la carrera espacial, el universo extraterrestre es todavía un

misterio para los seres humanos. Sin embargo, al igual que en todas sus peregrinaciones a través de

continentes y mares, otros miembros del reino animalia les han seguido el paso y, en ocasiones,

liderado sus avances. En la antigüedad, las aves guiaban a grandes civilizaciones en sus travesías por

mares anchos y desconocidos. En la era moderna, Laika, Ham y Félicette fueron algunos de los

animales que impulsaron los descubrimientos en el rompimiento de la última barrera para la

expansión de la humanidad: la atmósfera.

La competencia entre la Unión Soviética y Estados Unidos resultó en imaginativas historias y

fantasías sobre los alcances que tendrían estas expediciones. Pósters, cómics, series de televisión y

figuras de acción continúan despertando los sueños e imaginación de millones alrededor del mundo,

quienes se preguntan si las futuras generaciones llamarán “casa” a algún planeta desconocido para

nosotros.

I need space aparece en los relatos oníricos de Ariosto Rivera como un tributo a los héroes

silenciosos que impulsaron el rompimiento de la frontera espacial y resquebrajaron la concepción

antropocentrista del universo. Perros, monos, gatos, conejos y ratas revelaron al humano que el

cosmos es basto e inagotable. No estamos solos, ni aquí, ni “allá afuera”.

Desde la visión de los artistas, los animales son representados como grandes maestros de la

empatía y la supervivencia. Como exploradores natos y adaptables aún en las circunstancias más

adversas. Aquí, ni los humanos ni los escenarios siderales tienen el protagónico. Como en las fábulas

infantiles, el espectador debe imaginar supernovas, galaxias, agujeros negros y planetas a partir de las

representaciones de estas criaturas. En estos nuevos relatos, sus ojos y los reflejos de colores en sus

rostros cuentan las fantásticas odiseas de quienes, en la Tierra, fueron pioneros en la navegación

intergaláctica.

Ariosto Rivera comparten su visión del espacio como una utopía, en el sentido de un

replanteamiento de nuestra naturaleza y comportamiento. En las narraciones de ciencia ficción, los

nuevos planetas y formas de vida empujan a los personajes a renovarse como especie, pero también

incitan al espectador a preguntarse qué haría diferente si pudiera comenzar de cero. Quizás estos

héroes nos hagan reflexionar sobre la relevancia histórica de nuestros compañeros animales y la

relación que tenemos con ellos en esta “cuna” común.

Aún después de 80 años de iniciada la carrera espacial, el universo extraterrestre es todavía un misterio para los seres humanos. Sin embargo, al igual que en todas sus peregrinaciones a través de continentes y mares, otros miembros del reino animalia les han seguido el paso y, en ocasiones, liderado sus avances.
En la antigüedad, las aves guiaban a grandes civilizaciones en sus travesías por

mares anchos y desconocidos. En la era moderna, Laika, Ham y Félicette fueron algunos de los animales que impulsaron los descubrimientos en el rompimiento de la última barrera para la expansión de la humanidad: la atmósfera.

La competencia entre la Unión Soviética y Estados Unidos resultó en imaginativas historias y fantasías sobre los alcances que tendrían estas expediciones. Pósters, cómics, series de televisión y figuras de acción continúan despertando los sueños e imaginación de millones alrededor del mundo,

quienes se preguntan si las futuras generaciones llamarán “casa” a algún planeta desconocido para

nosotros.

I need space aparece en los relatos oníricos de Ariosto Rivera como un tributo a los héroes

silenciosos que impulsaron el rompimiento de la frontera espacial y resquebrajaron la concepción antropocentrista del universo. Perros, monos, gatos, conejos y ratas revelaron al humano que el cosmos es basto e inagotable. No estamos solos, ni aquí, ni “allá afuera”.

Desde la visión de los artistas, los animales son representados como grandes maestros de la empatía y la supervivencia. Como exploradores natos y adaptables aún en las circunstancias más adversas. Aquí, ni los humanos ni los escenarios siderales tienen el protagónico.
Como en las fábulas infantiles, el espectador debe imaginar supernovas, galaxias, agujeros negros y planetas a partir de las representaciones de estas criaturas. En estos nuevos relatos, sus ojos y los reflejos de colores en sus rostros cuentan las fantásticas odiseas de quienes, en la Tierra, fueron pioneros en la navegación intergaláctica.

Ariosto Rivera comparten su visión del espacio como una utopía, en el sentido de un replanteamiento de nuestra naturaleza y comportamiento. En las narraciones de ciencia ficción, los nuevos planetas y formas de vida empujan a los personajes a renovarse como especie, pero también

incitan al espectador a preguntarse qué haría diferente si pudiera comenzar de cero. Quizás estos héroes nos hagan reflexionar sobre la relevancia histórica de nuestros compañeros animales y la relación que tenemos con ellos en esta “cuna” común.