Para la mirada extranjera, el Día de Muertos y el uso de calaveras como símbolo de esta celebración pueden causar temor, e incluso despertar sospechas hacia la cultura mexicana. Sin embargo, bajo la superficie, es simplemente otra forma de aceptar la muerte. En lugar de amargura, "el mexicano se ríe de la muerte, le da forma y la convierte en un ideal" (Guerrero Aguilar, A. 1998: 8).
Podemos abrazar la visión mesoamericana de la muerte, que se percibe como otra etapa de la existencia en lugar de su fin. De esta manera, el Día de Muertos se convierte en una celebración de la vida y del amor que sentimos por quienes cruzan a otro plano espiritual. Sin embargo, el Día de Muertos no es únicamente una celebración indígena; es una celebración mexicana, lo que significa que elementos e influencias europeas se entrelazan en la cultura visual y las costumbres de esta festividad.
“La Catrina”, por ejemplo, a la vez ridiculiza y embellece a la muerte, con su rostro de calavera adornado con patrones coloridos. Además, Ariosto Rivera incorpora el uso de metales dorados en sus obras. El oro, utilizado durante siglos en las tradiciones artísticas europeas para representar lo divino, lo eterno y lo inmaterial, se integra de manera armoniosa en las representaciones de Rivera de este día festivo. Así, aunque el Día de Muertos parodia humorísticamente la muerte, no le falta respeto a este inevitable suceso de la vida ni a los difuntos, quienes son honrados, recordados y celebrados durante estos días.
Para la mirada extranjera, el Día de Muertos y el uso de calaveras como símbolo de esta celebración pueden causar temor, e incluso despertar sospechas hacia la cultura mexicana. Sin embargo, bajo la superficie, es simplemente otra forma de aceptar la muerte. En lugar de amargura, "el mexicano se ríe de la muerte, le da forma y la convierte en un ideal" (Guerrero Aguilar, A. 1998: 8).
Podemos abrazar la visión mesoamericana de la muerte, que se percibe como otra etapa de la existencia en lugar de su fin. De esta manera, el Día de Muertos se convierte en una celebración de la vida y del amor que sentimos por quienes cruzan a otro plano espiritual. Sin embargo, el Día de Muertos no es únicamente una celebración indígena; es una celebración mexicana, lo que significa que elementos e influencias europeas se entrelazan en la cultura visual y las costumbres de esta festividad.
“La Catrina”, por ejemplo, a la vez ridiculiza y embellece a la muerte, con su rostro de calavera adornado con patrones coloridos. Además, Ariosto Rivera incorpora el uso de metales dorados en sus obras. El oro, utilizado durante siglos en las tradiciones artísticas europeas para representar lo divino, lo eterno y lo inmaterial, se integra de manera armoniosa en las representaciones de Rivera de este día festivo. Así, aunque el Día de Muertos parodia humorísticamente la muerte, no le falta respeto a este inevitable suceso de la vida ni a los difuntos, quienes son honrados, recordados y celebrados durante estos días.
Para la mirada extranjera, el Día de Muertos y el uso de calaveras como símbolo de esta celebración pueden causar temor, e incluso despertar sospechas hacia la cultura mexicana. Sin embargo, bajo la superficie, es simplemente otra forma de aceptar la muerte. En lugar de amargura, "el mexicano se ríe de la muerte, le da forma y la convierte en un ideal" (Guerrero Aguilar, A. 1998: 8).
Podemos abrazar la visión mesoamericana de la muerte, que se percibe como otra etapa de la existencia en lugar de su fin. De esta manera, el Día de Muertos se convierte en una celebración de la vida y del amor que sentimos por quienes cruzan a otro plano espiritual. Sin embargo, el Día de Muertos no es únicamente una celebración indígena; es una celebración mexicana, lo que significa que elementos e influencias europeas se entrelazan en la cultura visual y las costumbres de esta festividad.
“La Catrina”, por ejemplo, a la vez ridiculiza y embellece a la muerte, con su rostro de calavera adornado con patrones coloridos. Además, Ariosto Rivera incorpora el uso de metales dorados en sus obras. El oro, utilizado durante siglos en las tradiciones artísticas europeas para representar lo divino, lo eterno y lo inmaterial, se integra de manera armoniosa en las representaciones de Rivera de este día festivo. Así, aunque el Día de Muertos parodia humorísticamente la muerte, no le falta respeto a este inevitable suceso de la vida ni a los difuntos, quienes son honrados, recordados y celebrados durante estos días.