Inspirados por maestros españoles, los novohispanos comenzaron a añejar arcillas en agua, transformándolas en una masilla elástica. Después, moldearon esta masilla en vasijas y platos, y tras hornearlas, las cubrieron con esmalte para crear una cerámica vidriosa y brillante. Esta técnica, conocida como "Talavera", proviene de Talavera, España, pero pronto los productos poblanos superaron en fama a los originales debido a la calidad de las arcillas y la destreza local.

La Talavera poblana se convirtió en un legado que trasciende fronteras, apreciada tanto en México como en el extranjero. En homenaje a esta tradición, Ariosto Rivera presenta su nueva colección “Talavera” en el mes de septiembre, capturando la esencia de esta cerámica a través de la antropomorfización y el eclecticismo. Rivera incorpora técnicas como el popotillo y la orfebrería, creando un homenaje a las artes mexicanas y uniendo pasado y presente en un diálogo visual que reinterpreta la riqueza cultural de la Talavera.

En resumen, la Talavera poblana no es solo una herencia cultural, sino un puente entre tiempos, lugares y emociones, revitalizado por propuestas contemporáneas como las de Ariosto Rivera.